lunes, 17 de junio de 2013

España 2 - Uruguay 1 (primera jornada de la Copa Confederaciones)

España (2): Casillas; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Xavi (Javi Martínez, m.77), Busquets, Iniesta; Pedro (Mata, m.81), Cesc (Cazorla, m.65) y Soldado.
Uruguay (1): Muslera; Pereira, Lugano, Godín, Martín Cáceres; Gastón Ramírez (Álvaro González, m.46), Gargano (Lodeiro, m.63), Ruso Pérez (Forlán, m.69), Cebolla Rodríguez; Luis Suárez y Cavani.
Goles: Pedro, min. 20. Soldado, min. 32. Suárez, min. 88.
Recife (Brasil), 16 de junio de 2013

Minuto 1 al 60
Tuvo que faltar Alonso para que Del Bosque, libre al fin del doble pivote aun a costa de los merecimientos de Javi Martínez, llevase a la perfección su arte de copiar los inventos tácticos del Barcelona. Al igual que Vilanova, aplicó un 4-3-3 asimétrico con un solo extremo (Pedro), en este caso casi siempre abierto a la derecha, de modo que era Alba por la izquierda el lateral que contaba con todo el pasillo para subir, a la manera de Alves en el Barça. Soldado quedaba como verdadero delantero centro, con Fàbregas libre por la mediapunta y Xavi e Iniesta como interiores.

El segundo punto clave en el que España copió radicalmente al Barça fue la presión tras pérdida, uno de los fundamentos del juego de posición barcelonista, ejecutada excelentemente, de modo que la posesión se desniveló de forma escandalosa. Arbeloa mereció especial mención en este aspecto. En las escasas ocasiones en que Uruguay salía de esa presión, las faltas tácticas y la velocidad de los centrales españoles, impecables ante dos delanteros de primer nivel, resolvieron los problemas.

La primera parte fue una verdadera exhibición de España. Sus jugadores mostraron un ritmo altísimo de balón y un gran juego colectivo ofensivo, con movilidad constante por delante del balón y toques a la primera; Uruguay hizo una presión fuerte durante los primeros cinco minutos (hasta que Cavani y Suárez se dieron cuenta de que iban a reventar); luego sólo supo cubrirse del vendaval a base de juego duro, según su tradición, y apenas durante cinco minutos mediada esa primera parte.

El panorama empeoró para Uruguay por su mala lectura del esquema español. Tabares puso de inicio un 4-4-2 con rombo en el que Pérez era el ancla y Gastón Ramírez el enganche, con Gargano y el Cebolla a derecha e izquierda; las peculiares posiciones de los españoles emparejaron de modo natural a Gargano con Iniesta, de modo que Alba quedaba muy libre hasta que se encontraba arriba con Pereira. Pese a ello la cosa funcionaba mal que bien para Uruguay, pero cuando su entrenador quiso arreglarlo, en el minuto 15, sólo lo empeoró:
mandó a Ramírez a la derecha y situó un 4-4-2 en el que Cavani y Suárez, bastante abiertos, trataban de incomodar a los tres españoles de la base de la jugada, sin apenas presión contra el mediocentro, mientras el Ruso Pérez y Gargano acudían a apretar a Xavi e Iniesta, situados a los costados de un cómodo Busquets. Cesc se encontró entonces con un latifundio a la espalda de los mediocentros. Los dos hombres ociosos que descompensaban el sistema defensivo uruguayo eran un central –pues Soldado, con buen criterio, no venía a la mediapunta a pedirla y entretenía a los dos, de modo que éstos nunca abandonaban la última línea para salir a la anticipación a la mediapunta española– y el lateral derecho Pereira, que, ya sin pareja y desquiciado, se encontraba por su zona una vez a Alba, otra a Iniesta, la siguiente a Fàbregas... o a nadie. Tras el 1-0 Tabares permutó a Ramírez, flojo, con Rodríguez, para al menos emparejar al primero con Arbeloa, sin duda el lateral español menos ofensivo; en el descanso lo eliminó y el Cebolla volvió a la izquierda.

Última media hora

España bajó el ritmo tras la hora de juego. Se perdió movilidad por delante del balón y presión tras la pérdida; la mejora en el toque de los uruguayos con el cambio de sus mediocentros (acabaron en rombo con Forlán por delante de Lodeiro), más el golazo de Suárez, provocaron un final demasiado apurado.

Los cambios españoles apenas alteraron el esquema: Cazorla y Mata se situaron al modo de Fàbregas y Pedro respectivamente, y Javi Martínez nunca hizo doble pivote con Busquets, sino que se situó claramente por delante de este, a la manera de Xavi.

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