miércoles, 16 de octubre de 2013

España 2 - Georgia 0 (última jornada de la fase de clasificación para el Mundial de Brasil 2014)

ESPAÑA (2): Casillas; Juanfran, Piqué, Ramos, Alberto Moreno; Xavi (Koke, m. 65), Busquets, Iniesta (Isco, m. 79); Navas, Negredo y Pedro (Mata, m. 57).
No utilizados: Valdés, Reina; Arbeloa, Iñigo Martínez, Monreal, Mario Suárez, Silva, Fàbregas y Michu.
GEORGIA (0): Loria; Lobjanidze, Khubutia, Kashia, Khidesheli, Kvirkvelia;
Grigalashvili (Khmaladze, m. 75), Dzaria, S. Grigalashvili (Avto, m. 69), Kobakhidze; y Gelashvili (Modebadze, m. 87).
No utilizados: Kvaskhvadze, Tomashvili; Targamadze, Dvalishvili, Popkhadze, Dolidze, Rakhviashvili y Tskhadadze.
Goles: 1-0. M. 25. Negredo. 2-0. M. 60. Mata.
Árbitro: Florian Meyer (Alemania). Amonestó a Kankava.

14.000 espectadores en el Carlos Belmonte.

España cerró con éxito y sin apuros su clasificación para el Mundial 2014 en un partido burocrático que demostró que, aunque sin la de brillantez de épocas recientes, la selección sigue en el primer nivel.

Georgia planteó el partido del mismo modo que lo han hecho casi todos los rivales menores recientemente enfrentados por el equipo de Del Bosque: juntó dos líneas muy atrás, la primera de cinco defensas; tras amagar inicialmente con un 5-3-2, muy pronto pasó a un claro 5-4-1 que dejaba solo arriba al rapidísimo e inteligente Gelashvili.

Con ese esquema de dos por banda Georgia pudo tapar decentemente el abierto planteamiento de Del Bosque, que retocó ligeramente su 4-3-3 respecto al partido con Bielorrusia: visto que todos le cierran por dentro, buscó por fin el dos contra dos en los costados; para ello jugó con unos laterales mucho más ofensivos que los del viernes, y además sus extremos (sobre todo Navas, como siempre a pie natural) sí buscaron la línea de fondo. Hubo pues centros laterales hacia la zona de Negredo, aunque este, solo ante tres centrales por la falta de llegada al remate de los interiores españoles (no es esta la mejor virtud de Iniesta y Xavi), apenas cazó unas pocas de las docenas de pelotas cruzadas que batieron el área caucásica. El ritmo de circulación de balón fue algo lento (Xavi, definitivamente, ha perdido un grado de rapidez en sus acciones, y esto es importante), y hubo esta vez poco juego interior, de modo que las ocasiones fueron escasas en una portería y, una vez más, poquísimas en la otra: la presión alta dejó unas cifras de posesión de nuevo escandalosas.

En la segunda mitad Georgia amagó tímidamente con pasar al 5-3-2 y adelantar un poco las líneas, pero el miedo y la imposibilidad de robar el balón a los españoles, que duermen los partidos como nadie, provocó un tercio final de partido muchas veces visto: aburrido para  unos, de alta escuela para otros.

La decadencia de Xavi puede ser un problema para España de cara al Mundial, pues si en otras posiciones hay relevos de sobra para cualquiera (Martínez, Isco, Moreno, Silva, Mata...) no se adivina ningún jugador que haga su tipo especifico de juego y a su nivel de otros tiempos, ni parece que Del Bosque piense en darle banquillo próximamente.

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